04/01/2017 - Una nueva propuesta formal
Un nuevo año comienza, y aunque las tan ansiadas vacaciones están a la vuelta de la esquina, aún no hay que dormirse.
Durante los días anteriores, tan cercanos a festividades, había que hacerse el tiempo para trabajar en el proyecto. Luchar para que aquello proyectado saliera lo mejor posible.
De hecho, el mismo día 31 de diciembre, estuve tan concentrado en materializar "la fuente para pastel de choclo", que por poco no alcanzo a llegar a tiempo para dar el abrazo de año nuevo... Pero bueno, solo son detalles y que lo más importante es que he avanzado bastante en mi trabajo.
Si el encargo consiste en confeccionar un plato (2 unidades) ajustado al concepto (cálida cercanía), de lo que representa comerse un plato (que para este caso es pastel de choclo), hay que se fiel a aquello que he sentido, cuando hice este ejercicio, en cuanto a sus colores, forma, curva, tamaño, textura, entre otros aspectos.
Un factor determinante en mi toma de decisiones, fue al ir a la casa de mi abuela un domingo cercano, cuando sirvió pastel de choclo. Mientras comérselo, implica una determinada pluralidad de sensaciones, aquí hubo una interacción, algo en el rito que fue determinante: abundancia. La sensación de comer prácticamente hasta reventar, y que aún no teniendo más espacio en el estómago para seguir comiendo, que te sigan ofreciendo más, puesto que negarse es una sensación de que "no le estás respondiendo al cariño con que alguien preparó el plato (mi abuela)".
Hay ciertos aspectos de caracter artesanal, que me hacen sentir "el plato, junto con lo planteado durante la conceptualización, no necesita ser completamente irregular, algunos aspectos que lo hagan sentir como una forma imperfecta, que exprese ciertas texturas y colores, grande, curvo, entre otros elementos, son los que necesito para expresar en el plato, mi intento por reflejar la experiencia de comer pastel de choclo".
